Una cultura masiva visual y compacta como la que estamos viviendo llevó inexorablemente a que el sucesor lógico de los reproductores portátiles de audio sumara una pantalla capaz de permitir la visualización de videos. Los versátiles y conocidos MP3 ya se están transformando en los no menos portátiles MP4. Los reproductores de video para todo lugar y momento, conocidos en los Estados Unidos como PVP (siglas de portable video placer ), con un peso que, en muchos casos, no llega a los 50 g y con pantallas de cristal líquido de 2 pulgadas o más, ya tienen la suficiente capacidad interna para llevar en su interior una o dos películas completas, en un formato comprimido y con calidad menor a la que estamos acostumbrados con el DVD. Quiere decir que de ser meros reproductores de unos pocos minutos, como los del clip del músico de moda, ahora ya permiten ver un capítulo de una serie de TV o una película completa, repasar la clase filmada en la facultad o ser un soporte para una inmersión mayor en el estudio de un idioma extranjero. No se debe olvidar que también reproducen archivos de audio, al igual que los MP3. La popularidad de los reproductores portátiles de video les debe mucho a Apple y su iPod. Su modelo Classic alcanzó hace más de un año los 100 millones de unidades vendidos en todo el mundo y sigue reinventándose continuamente, con más capacidad y nuevas funciones. (Fuente Diario La Nación).
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