El mes pasado, unos investigadores cordobeses le dieron la razón con bases científicas. Arquitectos de la Universidad de Nacional de Córdoba compararon varios edificios construidos en distintas décadas y concluyeron (palabras más, palabras menos) que cada vez se construye peor. Claro que eso lo sabe cualquiera, y aunque los materiales ahora sean mejores no se trata de echarle la culpa a la falta de mano de obra especializada. La mala construcción es como una mamá que cocina mal: mientras sos chico te parece que comés rico porque no conocés otra cosa. Así es como nos conformamos con vivir en lugares cada vez menos confortables y lo solucionamos con más calefacción, aire acondicionado, plasmas y música a todo volumen. Nos acostumbramos a que las paredes “transpiren” en invierno; a cocinarnos en verano; a conocer los pormenores de la vida sexual de nuestro vecino (porque el problema también son los ruidos) y a contar los segundos hasta que el depósito de su inodoro termine de cargar agua. A estos síntomas de que cada vez se construye peor, se pueden agregar otros: >> Leer más
Fuente: http://www.clarin.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario