Próximo al mundial de México 1970, y conocedores del tirón mediático que traería Pelé, Adidas y Puma firman el que se conoció como el 'Pacto Pelé'.
El mencionado acuerdo implicaba que ninguna de las dos compañías llevaría a cabo acciones, de cualquier tipo, tendentes a conseguir la firma del ansiado crack brasileño para lucir sus productos. Pelé, ajeno al mencionado pacto entre las firmas, acudió al Mundial mexicano con la sorpresa de no tener a una de las dos grandes marcas, como suministrador personal de sus zapatos para los encuentros del torneo, por lo que tuvo que acudir a la cita mundialista con un modesto contrato con la pequeña empresa inglesa Stylo. Y en esas estaba cuando un día, sorpresivamente, recibió la visita de un representante que respondía al nombre de Hans Henningsen. Henningsen era un periodista que había alcanzado tal grado de familiaridad con la selección brasileña que los jugadores le consideraban como uno más. Henningsen había conseguido, gracias a su insistencia, la firma de jugosos acuerdos comerciales con casi todas las estrellas brasileñas. Durante toda la cita mundialista, el objetivo de Henningsen fue convertirse en el mejor aliado de Pelé fuera de los terrenos de juego. Hasta tal punto, que Henningsen llevó a cabo una decisión unilateral que cambió el curso de los acontecimientos: Henninigsen llevó a Pelé una oferta de Puma.... sin la aprobación de la propia Puma!!!.
El periodista, metido a labores de representante, ofreció al crack brasileño 25.000 dólares para lo que quedaba de Copa del Mundo y 100.000 para los próximos cuatro años, además de una importante comisión en las ventas de unas nuevas zapatillas que llevarían la marca Pelé. Una vez conseguido el acuerdo con el jugador, Henningsen comunicó el asunto a Armin Dassler, jefe supremo de Puma, que cayó en la tentación de morder la manzana que le ponía por delante Henningsen, aún siendo conocedor que este hecho desataría la guerra más dura jamás conocida en terminos de patrocinio deportivo hasta entonces con Adidas. Pelé que era protagonista de este pacto, también era el motivo de ruptura de otro pacto que llevaba su nombre, el Pacto Pelé y cuya existencia él desconocía.
Pelé en tanto hacía sus presentaciones ante los seleccionados de Rumania, checoeslovaquia, e Inglaterra calzando sus viejos botines Stylo como se pueden ver en las fotos aquí debajo
Recién en el partido por los cuartos de final frente a la Selección de Perú Pelé lució sus botines Puma, que según se cuenta y es facil de aseverar (comparando con los Puma de los otros compañeros de equipo) no eran originales sino una fabricacion artesanal de un ayudante de campo de la selección brasilera. (ver historia)
Henningsen sabedor de que la figura de Pelé iba acrecentándose según se desarrollaba el Mundial, ideó una estrategia que no podía fallar. Tras la firma del acuerdo con Pelé, la misma llevaba una acción implícita en su concepción que necesitaba de la participación de Pelé. Confiando en que el brasileño sería el principal protagonista de la final ante Italia, pidió a Pelé que, minutos antes de finalizar el encuentro, solicitara al árbitro su detención. ¿El motivo? Atarse los cordones de sus zapatillas. En ese momento, primer Mundial de Fútbol que se retransmitía en color, todas las cámaras de televisión se centraron en la figura de O Rei. Y justo cuando Pelé se agachó para atarse las botas, el mundo tembló. Las cámaras enfocaron como el crack brasileño ataba parsimoniosamente los cordones de unas flamantes botas de fútbol que llevaban la marca de.... Puma. El Pacto Pelé estaba roto. La guerra se había desatado.
Pelé festejando uno de sus goles frente a Italia en la final de México ‘70
No hay comentarios:
Publicar un comentario