El 15 de agosto de 1965, la histeria llegaba a los estadios; los Fab Four dieron su legendario show en el recinto de Nueva York y nadie, ni grupo ni público, escuchó nada.
Quizás no haya una mejor postal de la beatlemanía que la que se vio el 15 de agosto de 1965, cuando los fabulosos cuatro pisaron el Shea Stadium de Nueva York y el sonido de una banda quedó enmudecido por el grito de toda una generación.
El ahora mítico concierto fue el primero de los diez shows programados para el segundo tour de los Bealtes por Estados Unidos y quedó en la historia como precursor de los recitales de la era moderna. Era la primera vez que un grupo tocaba en un estadio deportivo, por entonces hogar del equipo de baseball New York Mets.
El cuarteto se presentó en un pequeño escenario, ubicado en la segunda base del campo de juego, ante 55.600 espectadores alojados, exclusivamente, en las plateas. Sería un récord de audiencia durante ocho años, hasta que, el 5 de mayo de 1973, Led Zeppelin congregó 56.800 personas en el Tampa Stadium. Leer más
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